En declaraciones a Prensa Latina, el estudioso y defensor de la Amazonía y los pueblos nativos se sumó a las voces de condena contra el fallo que pretende dejar impunes a Hugo Soria y José Estrada, condenados en febrero pasado a 28 años de prisión.
Ambos fueron sentenciados como autores intelectuales de las muertes y la nulidad benefició además a los ejecutores, Euricio Mapes y los hermanos Segundo y Josimar Atachi, quienes trabajaban para Soria y Estrada.
La sentencia dictada por la Corte Superior de la regón de Ucayali, donde en la zona de Sawato, fueron ultimados Edwin Chota, Leoncio Quintisima, Jorge Ríos Py Francisco Pinedo, en represalia porque vigilaban y denunciaban la actividad de depredación de los boques de sus comunidades de la etnia Asháninka.
Según el dictamen, basado por cuestiones procedimentales, según fuentes jurídicas, el proceso debe empezar de nuevo en fecha por definirse.
Para el especialista Rumrrill, el fallo es absolutamente absurdo y condenable y expresa la tendencia un contexto absolutamente anti-indígena y se suma a una sentencia del Tribunal Constitucional que pretendió anular la vigencia del convenio internacional que obliga a consultar a los nativos sobre el uso de sus tierras en proyectos.
Señaló que la justicia peruana tiene su origen y sus fundamentos en el derecho romano positivo y no tiene idea del derecho consuetudinario legado por las culturas precolombinas y que mantienen cuatro naciones andinas peruanas y 55 amazónicas con más de 10 millones de los 33 millones de habitantes del país.
Sostuvo que tal conducta corresponde a “un estado neocolonial, discriminador y racista, anclado en el medioevo”, evidenciada además en la decisión del entonces ministro de Educación, de abolir la educación bilingüe en las poblaciones indígenas al autorizar que laboren allí maestros que solo hablan español.
Rumrrill mencionó también el persistente intento de un congresista de derecha extrema de entregar el manejo de los territorios reservados para indígenas nómadas no contactados a los gobiernos regionales, con el fin de depredar esas tierras.
“Borrar del mapa a las culturas y los pueblos indígenas y hacer del Perú un Estado monocultural y monolingüe, eso es lo que quiere hacer el Estado disfuncional que tenemos y que tenemos que reformar y refundar”, dijo el experto.
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