La huelga de dos días convocada por falta de medicamentos, gasolina e incluso leche para bebés aproxima los vaticinios de colapso total, pese a lo cual no se aprecian pasos del gobierno para detenerlo.
Bloqueos de carreteras e ira ciudadana son notorios y ponen a punto una insubordinación civil similar a la ocurrida en octubre de 2019, cuando miles ocuparon las calles en demanda de una expulsión de la clase política gobernante.
‘La situación es insoportable’, expresó Rabie Alkajk, quien formó parte de un grupo que colocó contenedores de basura y otros objetos para obstruir el tránsito.
‘Las farmacias están cerradas. No hay medicinas, no hay leche para bebés. Lo están escondiendo hasta que le quiten los subsidios. Las gasolineras están cerradas. No hay nada’, subrayó.
Por sus reservas agotadas, el Banco Central anunció la imposibilidad de mantener subsidios a productos básicos, entre ellos, medicamentos y combustible y eliminar las subvenciones este mes.
Esas declaraciones originaron acaparamiento en hogares y almacenes para luego especular y cobrar esos artículos a mayor precio, pero a la vez causaron un exacerbamiento de la escasez.
Los analistas afirman que la situación en curso la provocaron la corrupción y mala gobernanza de una elite que prosperó apoyada en un sistema sectario de redes de patrocinio, clientelismo político y otras maniobras.
Uno de los más afectados con la crisis actual resulta el sistema de salud, al carecer de suministros para cirugías, kits de laboratorios y hasta falta de anestesia para intervenciones quirúrgicas.
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