Justificó este declive en una debilidad del consumo privado. Insistió el mensaje en que a pesar de una cierta ralentización en el alza de precios, el fuerte crecimiento de los salarios y la buena situación del mercado laboral, las familias aún no se animan a consumir.
El Bundesbank, recalca la persistente atonía de la industria como perjudicial para la economía germana en general.
Indica el reporte que la producción manufacturera cayó con fuerza en julio en comparación tanto con el mes inmediatamente previo como con el trimestre anterior.
Especialmente, la fabricación de vehículos se vio considerablemente afectada, al igual que otras industrias electrointensivas por los altos precios energéticos. Las predicciones a tres meses vista apuntan a un retroceso de la producción.
Del lado de los precios, la inflación armonizada avanzó en agosto de forma considerable a 0,5 por ciento, cuatro décimas más que el dato de julio. El banco central explica que los precios energéticos crecieron de nuevo, pero los alimentos no procesados se abarataron.
Así, la tasa de inflación interanual se redujo solo en una décima, al 6,5 por ciento, si bien continuará reduciéndose en los próximos meses.
De su lado, el mercado laboral permaneció estable, con un leve aumento del empleo en julio. Sin embargo, el número de desempleados también creció en agosto en 18 mil personas, hasta un total de 2,63 millones, o equivalente a una tasa del 5,7 por ciento.
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