Al intervenir en el debate del período de sesiones número 78 de ese foro multilateral, el dignatario criticó las medidas coercitivas unilaterales y las represalias aplicadas por potencias hegemónicas en contra de los pueblos en detrimento de su desarrollo y los derechos humanos más elementales.
Según Arce, estas medidas punitivas unilaterales confirman la disfuncionalidad de un sistema alejado del derecho internacional y el multilateralismo.
“Un claro ejemplo de estas medidas es el ilegal, inhumano y criminal bloqueo económico y financiero impuesto por Estados Unidos contra Cuba”, reiteró.
Arce deploró que Estados Unidos, pese al rechazo generalizado de los países miembros de la ONU, continúa con su política criminal mantenida contra Cuba durante más de seis décadas.
El 7 de febrero de 1962, el Gobierno del entonces presidente John F. Kennedy decretó un bloqueo unilateral contra Cuba mediante la aplicación de la denominada Ley de Ayuda Externa de 1961 con el objetivo de rendir por hambre y desesperación a ese pueblo.
Desde entonces, la venganza impuesta contra 11 millones de cubanos por no someterse a la esfera de influencia de Washington dificulta el acceso a alimentos, medicinas y otros bienes básicos.
Tales carencias generan el sufrimiento humano e impacta en su economía y desarrollo, lamentó Arce.
Fue tajante también el mandatario al rechazar la inclusión de Cuba como un promotor del terrorismo en una lista emitida unilateralmente por Washington y que condena a los cubanos a mayores carencias.
“Estas medidas son contrarias a la Carta de las Naciones Unidas y al mandato del Consejo de Seguridad, y por ello no tiene respaldo ni validez a la luz del derecho internacional, peor aún, afectan gravemente al derecho del desarrollo del pueblo cubano”, reafirmó.
Arce demandó también detener el atropello ejercido por el Gobierno de Israel contra Palestina, con la afirmación de que “no podemos seguir permitiendo el sufrimiento del pueblo palestino”.
En tal sentido, reafirmó el apoyo de Bolivia a las iniciativas mundiales y regionales, el derecho internacional y las resoluciones de la ONU que buscan garantizar una solución que propicie al pueblo palestino ejercer su derecho a la autodeterminación y construir su propio Estado libre, independiente y soberano.
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