La infraestructura, con nombre quechua Qhapaq Ñan, es una vasta red vial de unos cinco mil kilómetros construida a lo largo de varios siglos por los incas (algunas secciones están confirmadas como preincaicas) para facilitar las comunicaciones, los transportes, el comercio, y con fines defensivos.
El presidente boliviano, Luis Arce, hizo entrega formal del cargo al cónsul chileno, Roberto Ibarra, a cuyo país le encomendó la misión de ‘dar continuidad y desarrollo a las actividades diseñadas’.
La transmisión de esa responsabilidad fue parte de la ceremonia de inicio del Año Nuevo Andino Amazónico y del Chaco en las ruinas sagradas de Tiwanaku, en La Paz.
Arce destacó que a través del Sistema Vial Andino los pueblos y países miembros transmiten las tradiciones culturales de los pueblos que habitaron el territorio.
La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura calificó de ‘extraordinario’ ese sistema de caminos que conecta a pueblos, culturas y zonas geográficas, y es hoy un símbolo de las posibilidades que para la integración ofrece la región.
Esa instancia inscribió al Qhapaq Ñan en su Lista de Patrimonio Mundial en 2014 bajo la categoría Itinerario Cultural gracias al esfuerzo conjunto de todos los países que conecta.
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