Denominado Programa de estabilidad y renovación: juntos por una Alemania moderna, el texto fue presentado conjuntamente por el candidato a canciller federal y presidente de la Unión Cristiano Demócrata (CDU), Armin Laschet, y por el líder de su partido hermano bávaro, la Unión Socialcristiana (CSU), Markus Soder.
En materia económica propone no elevar los impuestos a pesar de un incremento de la deuda a causa de la pandemia de Covid-19.
Mientras que en el tema de cambio climático no ofrece ninguna otra cosa nueva salvo que apoyará el objetivo de neutralidad climática de Alemania para 2045, que ya está incluido en las leyes.
El plan, presentado a menos de 100 días de la cita con las urnas el 26 de septiembre, prevé una política exterior con postura dura contra el ingreso de Turquía a la Unión Europea (UE), y de combate a lo que considera acciones desestabilizadoras de Rusia y de China.
Con 139 páginas el proyecto de gobierno busca aprovechar el dominio en las encuestas (cercano al 30 por ciento) en medio de una disminución del apoyo a Los Verdes de la aspirante Annalena Baerbock, actualmente en 20 puntos porcentuales.
La coincidencia de Laschet con Soder procura a toda costa una muestra de unidad apenas tres meses después de una agria lucha por la candidatura a la Cancillería Federal, que finalmente recayó en Laschet.
‘Combinamos consecuentemente la protección del clima con la fortaleza económica y la seguridad social’, expuso Laschet en la ceremonia a puertas cerradas a la que asistió Merkel.
Los conservadores, con la mirada puesta en los seguidores mayores de 60 años de edad (que representan 40 por ciento de su electorado duro), plantearon una limitación y mayor control de la migración, y una negativa a conceder reagrupaciones familiares de los refugiados.
Igualmente, en materia climática descartaron la prohibición de los vehículos propulsados con combustibles fósiles, aunque defendieron un mayor uso del ferrocarril y de las aguas interiores para el transporte de cargas.
Para algunos comentaristas el programa de la CDU/CSU deja muchas incógnitas sobre la viabilidad financiera de sus propósitos, algo parecido a lo señalado a Los Verdes, que prometen una defensa climática más ambiciosa, pero no desde perspectivas rupturistas sino a través de un pacto con la industria, en palabras de Baerbock.
Llamativo es que tanto los conservadores como los ecologistas tratan de marcar las diferencias, pero sin entrar en el terreno de la descalificación, toda vez que después de las urnas deban negociar una coalición.
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