La entrega tuvo lugar en el acto del Año Nuevo Andino Amazónico y del Chaco 5529 en las ruinas de Tiwanaku, en La Paz, tras recibir los primeros rayos del Sol.
‘Muchas comunidades en la actualidad transitan por estos caminos convirtiéndose en los principales custodios para esta vasta red de comunicación inca, de esta manera nuestros pueblos originarios transmiten de generación en generación las prácticas y tradiciones culturales de organización social y económica (…) que siguen tejiendo un futuro de esperanza’, afirmó el presidente Luis Arce.
El Qhapaq Ñan (en quechua) es una vasta red vial construida a lo largo de varios siglos por los incas, y en el caso de Bolivia, por pueblos originarios siglos antes de la llegada de los conquistadores españoles.
Los gobernantes incas aprovecharon parte de infraestructuras preincaicas ya existentes, con vistas a facilitar las comunicaciones, transporte y el comercio y también con fines defensivos.
Se extiende por una de las zonas geográficas del mundo de mayores contrastes, desde las altas cumbres nevadas de los Andes hasta la costa del Pacífico, pasando por bosques tropicales húmedos, valles fértiles y desiertos de aridez absoluta.
Alcanzó su máxima expansión en el siglo XV, cuando llegó a extenderse a todo lo largo y ancho de la cordillera andina.
Ese extraordinario itinerario cultural transnacional contempla una extensión total superior a los 23 mil 189 kilómetros, 232 comunidades de los seis países a los cuales enlaza: Argentina, Bolivia, Chile, Colombia, Ecuador y Perú.
La red muestra miles de años de evolución cultural y era un símbolo omnipresente del poder y de la extensión del imperio inca.
Se basaba en cuatro rutas principales que tenían su origen en la plaza central de Cusco, la capital del Tawantinsuyu y estos caminos principales estaban conectados con otras redes viales de menor jerarquía, creando redes y conexiones.
Valiosos recursos y bienes eran intercambiados a lo largo de la red, como metales preciosos, conchas, alimentos, provisiones militares, plumas, madera, coca y textiles que eran transportados de su área de recolección, producción o manufactura, a los diferentes centros incaicos y a la misma capital.
Fue reconocido en junio de 2014 por la Unesco como testimonio único y excepcional de la civilización inca, así como de la integración cultural de esta amplia área geográfica y del conjunto tecnológico utilizado para su construcción.
Este sitio permite ver las obras maestras de arquitectura e ingeniería y las infraestructuras conexas dedicadas a las actividades mercantiles, el alojamiento y el almacenamiento de mercancías y las áreas con un significado religioso.
oda/otf