De acuerdo con un comunicado de esa casa de altos estudios, la innovación está en llevar hasta una fina película los cristales que hacen posible la conversión de la luz infrarroja en objetos visibles, y para que dicho cambio sea posible es necesario iluminar el relieve de las gafas con un pequeño láser.
‘La película de nanocristales es cientos de veces más fina que un cabello humano, se puede aplicar directamente a unas gafas y actúa como un filtro, lo que permite ver en la oscuridad de la noche. Hemos hecho visible lo invisible’, explicó Rocío Camacho, primera autora de la investigación.
El invento apenas afecta la estética o el peso de los anteojos, cualidad que resulta atractiva para el sector militar, además de que facilita el trabajo a conductores o caminantes nocturnos, puntualizó también el comunicado.
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