Ambos organismos establecieron una comisión especial compuesta por cuatro personas para estudiar la mejor manera de reducir ese fenómeno en las cárceles.
La cartera de Justicia aseguró que cuenta con la colaboración de todos los actores del sistema para facilitar el trabajo del comité.
Según un informe de Naciones Unidas, las prisiones de Haití operan al cuádruple de su capacidad y los reclusos solo tienen 0,24 metros cuadrados para sobrevivir «poco más que la superficie de una silla».
El documento señala que las cárceles se enfrentan a una grave crisis alimentaria y de suministros médicos, mientras que a los reos se les sirve una sola comida al día.
Resulta casi inexistente el acceso de los detenidos a la atención médica, con solo un galeno por cada mil 16 reclusos y los suministros de medicamentos son escasos y limitados.
En este contexto, los reos dependen casi totalmente de los cuidados que les prestan las organizaciones benéficas, con lo cual las condiciones de detención se consideran en sí mismas constitutivas tortura, aseguró el texto.
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