En su Informe Regional de Desarrollo Humano 2021 divulgado este martes, subrayó que la región se encuentra empantanada en una trampa que no le permite avanzar hacia la consecución de la Agenda 2030 y sus Objetivos de Desarrollo Sostenible.
Significó que los progresos conseguidos en las últimas décadas son más desiguales en los países latinoamericanos y caribeños que en las otras regiones del mundo comparables con sus niveles de desarrollo.
Además, dijo, sus indicadores sociales están por debajo de lo que deberían tomando en cuenta que se trata de una región de renta media.
El subcontinente está inmerso en un círculo vicioso alimentado por la concentración de poder, la violencia y las políticas de protección social deficientes, tres factores que se retroalimentan, explicó el director regional del PNUD para América Latina y el Caribe, Luis Felipe López.
El informe, dijo, insta a los latinoamericanos a comprender la conexión entre estos factores y destaca un punto de entrada que puede servir para liberarse del bajo crecimiento y alta desigualdad: la implementación de sistemas universales de protección social que sean redistributivos, fiscalmente sostenibles y más favorables al crecimiento.
El texto recordó que la región es la más violenta del mundo y apuntó que la violencia y la desigualdad forman un ciclo cerrado, donde una es causa y consecuencia de la otra, y viceversa.
Según el PNUD, para salir de la trampa que frena el avance de los países de la región se deben buscar soluciones que impulsen un crecimiento ambientalmente sostenible y que propicien la inclusión y la movilidad social.
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