Refugiados en escuelas, plazas públicas, iglesias, centros de entrenamientos o en casas de familiares y amigos, miles de personas no cuentan con los servicios mínimos mientras se agrava su situación y los niños no pueden regresar a sus hogares.
Estamos aquí sin ninguna donación del gobierno, pero nuestras condiciones de vida son inhumanas, sin agua potable, sin comida, no sabemos qué hacer ante esta difícil situación, dijo uno de los refugiados al diario Le National.
Solo de Carrefour Feuilles al menos 32 mil personas tuvieron que huir de sus hogares para refugiarse en 45 emplazamientos, entre ellos una veintena de escuelas.
Ellos se sumaron a la ola de desplazados de Solino, Bel Air y Tabarre en esta capital en medio del recrudecimiento de las acciones de las bandas.
A inicios de este mes, la dirección de Protección Civil reveló que al menos 200 mil personas tuvieron que escapar de la violencia en el último año y medio, ante los ataques de los grupos armados.
El director de la institución, Jerry Chandler, advirtió que las cifras son solo estimaciones y lamentó que las personas se ven obligadas a huir de sus hogares mientras se encuentran sin medios de subsistencia.
Organizaciones de derechos humanos alertaron que el deterioro de las condiciones sanitarias en los sitios improvisados podría aumentar los riesgos de propagación de enfermedades como la diarrea, gripe, sarna, cólera y tuberculosis.
ro/ane