Las formaciones se encuentran en la capa entre la corteza y el núcleo, tienen miles de kilómetros de largo y son ligeramente más densas que su entorno.
De acuerdo con simulaciones por computadora, se sugiere que provienen del protoplaneta Theia, que chocó contra la Tierra hace cuatro mil 500 millones de años.
Algunos de los restos de Theia fueron lanzados a la órbita, donde se fusionaron en la Luna.
La idea de que las anomalías del manto terrestre sean restos de Theia no es nueva, dijo Robin Canup, científico planetario del Instituto de Investigación del Suroeste en Boulder, Colorado.
“En mi opinión, este artículo es el primero que realmente toma en serio esa noción”, afirmó el estudioso.
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