Los investigadores del Australian Rivers Institute de la Universidad de Griffith demostraron que las tortugas también tienen una determinación del sexo dependiente de la temperatura.
Mientras más se van elevando las temperaturas por el cambio climático y la contaminación habrá vez más embriones que se convierten en hembras.
«Los contaminantes procedentes de las actividades humanas también pueden influir en la proporción de sexos de las tortugas marinas verdes en desarrollo, aumentando el ya existente sesgo hacia las hembras», subraya el artículo.
En el estudio fueron descubiertos 18 tipos de metales, entre ellos el cromo, antimonio y el bario, y entre los contaminantes orgánicos están los hidrocarburos aromáticos policíclicos, policlorobifenilos y polibromodifeniléteres.
Estos elementos químicos funcionan como xenoestrógenos, moléculas que se unen a los receptores de las hormonas sexuales femeninas.
La acumulación de estos contaminantes llegan con la alimentación, y cuando los huevos se desarrollan en su interior absorben los contaminantes que van a parar al hígado de los embriones, donde pueden permanecer durante años después de la eclosión.
A medida que la proporción de sexos se acerque al 100 por ciento de hembras, será cada vez más difícil para ellas encontrar pareja.
Los científicos hacen un llamado a desarrollar estrategias que impidan que los contaminantes feminicen aún más las poblaciones de tortugas marinas.
ro/joe