El mandatario explicó elementos de la estrategia nacional para reforzar la resiliencia ante los efectos de ese fenómeno, que amenaza con destruir poblaciones y ecosistemas.
Comentó que en ese camino, el país prioriza la generación de electricidad a través de fuentes renovables, fundamentalmente mediante la instalación de paneles solares e hidroeléctricas.
Actualmente el 65 por ciento de la energía que usa Angola proviene de fuentes limpias, dijo el jefe de Estado, quien afirmó que la transición energética es mucho más que eso, conlleva cambiar redes de distribución, pero la nación está comprometida con eliminar las plantas térmicas y reducir el consumo de combustibles fósiles.
Lourenço dijo que el país también tiene proyectos para la producción de hidrógeno verde en 2024, así como para la disminución del dióxido de carbono y el gas metano liberados a la atmósfera como resultado de la industria del petróleo, para contribuir a la reducción de la temperatura del planeta.
Otras acciones son la realización de obras hidráulicas en el sur del territorio nacional, como el Canal de Cafu, que además de ayudar a evitar la sequía, un grave problema en esa región africana, permitirá proveer de agua a la población y dar oportunidades de sustento a numerosas familias.
Igualmente trabajan con organizaciones medioambientales para llevar adelante “un ambicioso plan de educación ambiental”, además de plantar mangles para la preservación de las costas, y aplicar sistemas de apoyo y alerta temprana para prevenir las consecuencias de fenómenos naturales, detalló.
El presidente angoleño llamó a colocar las tecnologías al servicio de estos programas y ejemplificó que el satélite lanzado por su país hoy es usado para la observación, de manera que puedan ser detectados derrames de petróleo, áreas de deforestación y monitorear la vida silvestre, entre otros asuntos.
Subrayó que la COP28 debe diseñar los pasos a seguir para que el compromiso adquirido en la anterior cita sea cumplido, incluido el de doblar los fondos para la adaptación al cambio climático en 2025.
Añadió que para diseñar un sistema de financiamiento posterior a esa fecha, es preciso tomar en cuenta que los países en desarrollo no pueden vivir de la noche a la mañana de otra cosa que no sean sus recursos naturales, en particular el petróleo.
En su calidad del presidente de la Organización de Estados de África, el Caribe y el Pacífico, celebró la aprobación de un fondo de compensación para las naciones afectadas por las consecuencias del cambio climático, varias de las cuales pertenecen a esa organización, incluidas islas en riesgo de desaparecer.
Enfatizó en la necesidad de una nueva arquitectura financiera, que se cumplan los financiamientos prometidos, así como garantizar un acceso a los fondos para el desarrollo en condiciones favorables, en particular para los más vulnerables.
ro/kmg