En breves declaraciones a la prensa fuera del Palacio de Gobierno, la mandataria dijo que el problema es “el flagelo de la minería ilegal”, actividad que no solo conlleva violencia armada, sino contamina las aguas de los ríos.
Aseguró que en los próximos días el Gobierno tomará medidas para legalizar la minería informal, mientras en la provincia norteña de Pataz, escenario de la masacre, el presidente de las Rondas Campesinas de ese territorio, Santos Quispe, confirmó que el número de víctimas subió a 10, por la muerte de uno de los heridos.
El líder de esa organización de seguridad popular demandó la presencia en Pataz del Gobierno para evitar más violencia.
Por su parte, el ministro de Defensa Jorge Luis Chávez aseguró que el Ejecutivo acordará acciones para que no vuelvan a ocurrir tragedias como la de ayer y anunció que el jefe de la Policía Nacional, Jorge Angulo, viajará mañana al lugar de la matanza.
Chávez expresó también que los órganos de seguridad estaban al tanto de la actividad en zonas de minería ilegal como la de Pataz, una de ellas extranjera que es señalada por los sobrevivientes como la autora de la matanza.
Entretanto, el alcalde provincial de Pataz, Aldo Mariño, exigió la presencia de la presidenta Dina Boluarte en esa provincia para que tome medidas sobre el terreno.
Agregó que lo sucedido evidencia que “el desgobierno, hace notar que no tenemos presidente de la República, que no tenemos ministro del Interior. Esto ya colapsó, ya se salió de control”.
Mariño criticó la precariedad de la Policía, que tiene cuatro comisarías para los 13 distritos de la provincia, con escaso personal y carencia de unidades de transporte para ejercer vigilancia, así como armamento de menos poderío que el de los delincuentes.
Sobre el estado de emergencia que rige en la provincia desde antes de la matanza, “no sirve de nada si no se acompaña de inversión, de decisión económica”, acotó.
Alfonso Medrano, presidente de la Cámara de Comercio de La Libertad, región a la que pertenece Pataz, dijo que, en la zona rica en oro, los delincuentes asesinaron antes de la matanza de ayer a otros 16 trabajadores y guardias privados de la empresa minera Poderosa.
Además, la misma compañía fue objeto de atentados con explosivos que abatieron 10 torres de alta tensión y destruyeron maquinaria y equipos de alto costo, al parecer con el fin de que abandone la mina y la deje para la minería ilegal.
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