‘No hay pruebas de que el castigo físico sea bueno para los niños’, aseguró la profesora de Desarrollo Humano y Ciencias de la Familia de la Universidad de Texas, Estados Unidos, Elizabeth Gershoff.
Todas las pruebas indican que ese tipo de violencia es perjudicial para el desarrollo y el bienestar de los menores, puntualizó Gershoff.
Los padres golpean a sus hijos creyendo que estos van a cambiar su conducta, pero el estudio demostró que el castigo físico no mejora el comportamiento de los niños, por el contrario, los empeora, sentenció la experta citada por la revista The Lancet.
Asimismo, los científicos que trabajaron junto a Gershoff descubrieron que el golpe no se asociaba a ningún resultado positivo y aumentaba el riesgo de convertirlos en verdaderas víctimas de la violencia.
Lo negativo de esta práctica es la aparición de otros problemas de conducta de gran magnitud, independientemente del sexo, la raza o la etnia del menor de edad y de los estilos generales de crianza.
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