Estados Unidos describe a los países que le caen mal como «Estados amenazadores» soliendo hablar de la paz, pero la realidad pone al desnudo su fachada de perturbador de la paz mundial, dijo So en su artículo.
El especialista recordó que recientemente el diario norteamericano The Wall Street Journal reveló que desde el inicio del conflicto armado palestino-israelí en octubre pasado, Washington suministró al país hebreo más de 15 mil bombas aéreas y 57 mil proyectiles de calibre 155 milímetros.
Por otro lado, Estados Unidos fabricó el incidente de Ucrania para sus intereses hegemónicos y entregó a ese país europeo bombas de racimo, que están prohibidas de usar en escala internacional por ser reconocidas como armas de exterminio masivo, añadió.
So se refirió igualmente a la constante venta de armamento estadounidense a la región Indo-Pacífico, principalmente a Corea del Sur y a Japón, bajo pretexto de mejorar la estabilidad política de la región y la seguridad de los principales países aliados.
Esa política empeora aún más la situación de la península de Corea. La sociedad internacional coincide en que el tráfico de armas de Estados Unidos no solo persigue el mero fin de generar ganancias financieras, expresó.
Su intención -prosigue el artículo- es equipar a sus lacayos para que éstos cumplan la guerra en su lugar, y movilizarlos como brigada de choque para realizar su estrategia de hegemonía mundial, al tiempo que debilitan a sus rivales potenciales.
La venta de armas ultramodernas por parte de Estados Unidos evidencia quién es el mayor país exportador de amenazas en este mundo, concluyó el texto.
mgt/nvo