“Hay una tendencia de querer mostrar que estaríamos ingresando a una especie de crisis económica generada desde la opinión pública, pero no generada desde la realidad económica que se vive en el país, con niveles de estabilidad, baja inflación y de desempleo”, aseguró el mandatario durante un intercambio con la prensa en la Casa Grande del Pueblo (sede gubernamental).
Afirmó que el crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) sitúa al país altiplánico como la tercera mejor economía de la región con el 2,2 por ciento y con buenas perspectivas de crecer en lo que resta del año en curso.
“Cuando un país está en crisis se tiene altos niveles de inflación y desempleo. Bolivia está entre las tres mejores economías de la región, eso es gracias al esfuerzo que estamos haciendo como Gobierno nacional”, enfatizó el jefe de Estado.
Informó que su Gobierno implementó políticas económicas con vista a erradicar los efectos de la pandemia de Covid-19 y la postpandemia, entre ellos fortalecer el aparato productivo para generar mayores ingresos, fuentes de empleo y estabilidad de precios.
Recordó que a principios de año, organismos internacionales como el Banco Mundial decían que el país tendría un crecimiento de 2,7 puntos porcentuales, y lo redujeron posteriormente a 1,4 y 1,3 por ciento.
Sin embargo, enfatizó en que Bolivia en el mes de octubre registró un crecimiento de 2,2 unidades sobre 100.
“Estamos decepcionando la tendencia negativa de los organismos internacionales -expresó-, y lo hemos dicho a inicios de año que íbamos a decepcionar una vez más a estos organismos”.
Sobre la tasa de desocupación, precisó que se redujo del 11 por ciento en 2020 a 3,6 por ciento en el año que concluye, y anunció esfuerzos gubernamentales para mantener esa tendencia.
Consideró que esos datos “desdicen esos comentarios de que estaríamos en una crisis económica. Estos indicadores muestran lo contario, no estamos mal, podemos estar mejor y en eso estamos trabajando”.
Como otro factor fundamental en la dinámica económica, mencionó la inflación, que hasta noviembre del año en curso registró un acumulado de solo 1,48 por ciento, en un contexto internacional adverso, caracterizado por los altos precios que guerras como la de Ucrania y la masacre de Israel en Gaza provocan.
Otro elemento internacional negativo son los altos intereses establecidos por las potencias industrializadas para mitigar los efectos de la crisis múltiple de carácter global.
“Esto es gracias a los esfuerzos que hemos hecho en el sector agropecuario para incrementar la producción, garantizar la alimentación y reducir costos”, concluyó el dignatario.
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