De acuerdo con su presidente, Andreas Steppuhn, esos espacios están en modo de crisis permanente, agravada por la pandemia Covid-19 y los conflictos actuales y alertó sobre el incremento notable de la pobreza en el país europeo.
Actualmente, existen 973 bancos de alimentos en Alemania, consagrados a la atención de hasta dos millones de personas y desde 2022 registraron un aumento medio del 50 por ciento de clientes.
Si bien la situación varía de una región a otra, afirmó Steppuhn, la cifra es especialmente alta en las grandes ciudades y, a su juicio, «la alta inflación pone a prueba tanto a la gente como a los propios bancos de alimentos».
El presidente de la organización humanitaria informó que no solo acuden a esos espacios los refugiados, sino también pensionistas, familias monoparentales y personas con salarios bajos.
Asimismo, mencionó que esos sitios tienen menos donaciones de comida y más consumidores al mismo tiempo y alimentos como arroz y pasta resultan los más demandados.
Refirió que el primer escenario de ese tipo, calificado como una institución no gubernamental, surgió en Berlín hace tres décadas y hoy alrededor de 60 mil personas, 90 por ciento de ellas voluntarios, trabajan en esos espacios en Alemania.
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