Durante más de dos horas, el foro por videoconferencia analizó el peliagudo tema de reactivar los límites a la deuda y el déficit fiscal de los Estados miembros, para sellar meses de discusiones sobre las posibles reformas al marco de gobernanza preexistente.
Para la UE constituye un hito histórico, pues el acuerdo “asegura estabilidad y crecimiento” a partir de normas equilibradas, realistas y “ajustadas a desafíos presentes y futuros”, dijo la presidencia de turno del Ejecutivo comunitario en manos de España.
Las nuevas reglas darán certidumbre a los mercados financieros y reforzarán la confianza en las economías europeas, opinó la ministra española Nadia Calviño, mediante un comunicado.
La decisión fue mantener los límites del tres y el 60 por ciento sobre el Producto Interno Bruto (PIB) para déficit y la deuda, respectivamente, aunque serán aplicadas sendas fiscales individuales de cuatro años para cada Estado miembro.
Dicho plazo podría ampliarse a siete años si los países se comprometen a realizar reformas e inversiones pactadas con la Comisión Europea, tomando como base de cálculo el gasto primario neto, que excluye el desembolso en intereses de la deuda, entre otras exigencias.
Las nuevas regulaciones combinan cifras claras para déficit y ratios de deuda cada vez más bajos con incentivos para las inversiones y reformas estructurales, opinó el titular alemán de Finanzas, Christian Lindner, por la red social X.
Los procesos de tramitación oficial deberán continuar, incluidas las negociaciones con el Parlamento Europeo para consensuar los textos definitivos para su entrada en vigor.
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