En efecto, los ofidios disfrutan también del calor, que les eleva el metabolismo y los hacen más activos. Por tanto, suelen desplazarse distancias mayores en busca de comida.
El problema aquí en Sudáfrica es que muchas de las especies de serpientes son venenosas, con capacidad para matar a animales grandes, seres humanos incluidos, cuando se sienten amenazadas.
Y en ello radica parte del problema, pues para una persona común puede hacérsele difícil leerle la mente a uno de esos seres, y de tropezarse con uno de mal humor ese día…
En consecuencia, las autoridades de la oriental provincia de Mpumalanga han aconsejado al público que redoblen los cuidados con las serpientes, más activas estos momentos por el calor.
Tanto esa demarcación, como Gauteng (donde se encuentran las ciudades de Johannesburgo y Pretoria), se encuentran entre las zonas del país con mayores temperaturas.
Al respecto, Chris Hobkirk, experto en serpientes, residente en Mpumalanga, asegura estar recibiendo llamadas de personas que han encontrado serpientes en sus casas o vehículos.
Apelar a remedios “tradicionales” como esparcir cloro, rodear la casa de cenizas, emplear “polvos mágicos” no resuelven nada. No funcionan, sostiene.
Lo único que puede hacerse es mantener limpio los jardines y áreas verdes, eliminar los escombros, el exceso de arbustos, pues ahí se refugia la comida de las serpientes: ratas, ratones, ranas.
Esa es la única razón por la que un ofidio iría a tu propiedad, explica.
No obstante, en estas fechas donde aumenta también el deambular de beodos cortando camino por herbazales, de regreso de las fiestas, mucho me temo que a Hobkirk le sobrará trabajo.
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