Hace poco, las autoridades japonesas publicaron que comenzarían en la segunda quincena de febrero de 2024 la cuarta descarga de aguas contaminadas por sustancias nucleares, informó aquí el citado medio de difusión.
Lo grave del caso es que Tokio decidió evitar el proceso de conformación de la densidad de tritio que se realizaba formalmente hasta ahora, denunció ACNC.
Japón libera al mar las aguas contaminadas, sin tener en cuenta la preocupación e inquietud de la comunidad internacional, al considerarlas como “aguas limpias” y “aguas tratadas”, destacó el medio.
Ahora intenta soltar esas sustancias al mar, sin una comprobación de la densidad de las sustancias tóxicas, lo que es una burla intolerable a la vida de la humanidad y una locura imperdonable, subrayó la agencia.
Durante la Segunda Guerra Mundial, Japón organizó unidades secretas para la guerra biológica, dio acicate a la investigación y producción de armas bioquímicas de diversos géneros y realizó pruebas con coreanos y otros asiáticos para garantizar su efectividad, denunció.
En octubre y diciembre de este año, un banco de sardinas muertas afluyó a las costas de Japón, un fenómeno que los medios de prensa transmitieron como un aflujo similar a una “olas de peces”, remarcó.
De hecho, el diario Daily Mail afirmó que ello ocurrió tres meses después de la descarga de aguas radiactivas en la planta atómica de Fukushima y estimó que ello podría ser una demostración de que esas aguas dañaron al ecosistema, comentó la agencia.
Las autoridades niponas insisten en que no hay ningún problema de seguridad, al hablar descaradamente del “valor permisible”, destaca ACNC.
De acuerdo con el medio de prensa, la maniobra de Japón no es sólo un problema relacionado con unos países y la región, sino también un gran crimen que amenaza gravemente a todos los estados y regiones, así como el futuro de la humanidad.
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