Hasta el momento, 19 personas fueron rescatadas tras el deslave ocurrido la víspera en Atami, una ciudad balneario de aguas termales en la prefectura de Shizuoka, que dejó dos muertos y destruyó al menos 130 casas.
El gobernador de Shizuoka, Heita Kawakatsu, dijo que la prefectura estudiará si el deslizamiento de tierra resultó de los proyectos de desarrollo que deforestaron el área y pueden haber reducido la capacidad de los suelos de las montañas para retener agua.
Esos programas se pusieron en marcha en el lugar donde comenzó el deslave, dijo el gobierno de la prefectura, y agregó que unos 100 mil metros cúbicos de suelo se derrumbaron en un río cercano.
Alrededor de mil 100 bomberos, policías y personal de las Fuerzas de Autodefensa participaron en la búsqueda de los desaparecidos.
Los trabajos de limpieza de lodo y escombros con maquinaria pesada comenzaron temprano este domingo en medio de lluvias intermitentes y el riesgo de un desastre secundario.
La Agencia Meteorológica de Japón advirtió que se espera que las fuertes lluvias continúen, principalmente en las áreas del lado del Mar de Japón; y advirtió a la población que esté atenta a nuevos deslizamientos de tierra, inundaciones y crecidas de ríos.
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