El objetivo es incursionar en la nueva minería y aprovechar el nicho que ofrece la demanda mundial de estos elementos de mucha aplicación en la industria electrónica y las tecnologías de la información.
Afirmó que “es prioridad darles valor a estos recursos, como Comibol tenemos ya dos áreas de exploración en el cerro Manomó y Rincón del Tigre en Santa Cruz. Este 2024 vamos a ser más agresivos en cuanto a la exploración y muestreo de estos minerales”.
Con tal objetivo, anunció, se proyecta una inversión de dos a tres millones de la moneda estadounidense, cifra que podría ampliarse de acuerdo con los resultados de la prospección y exploración.
Agregó que existe una tercera área de exploración en la jurisdicción de San Luis, departamento de Potosí, inversión no definida todavía.
“El año 2023 se invirtió en Santa Cruz cerca de un millón de dólares y este año se proyecta una inversión de dos a tres millones”, ratificó la autoridad.
Marcelino Quispe, ministro de Minería y Metalurgia, confirmó el 4 de enero último que se realizan trabajos de prospección y exploración de minerales tecnológicos y tierras raras, en algunos yacimientos incluso con posibles existencias de uranio, un potencial para la explotación y posterior industrialización.
Recordó Quispe que todos estos elementos tienen aplicación en ramas como la electrónica, la producción de baterías para vehículos alimentados por electricidad y dispositivos eléctricos, entre otros.
Explicó que, mediante la Comibol y el Servicio Geológico Minero, se identificó estos minerales tecnológicos en Independencia (Cochabamba), San Luis y Cotaje, (Potosí), así como en San Javier y el Cerro del Mutún, (Santa Cruz).
Precisó que en el Cerro Manomó fueron identificadas 850 muestras de minerales y 799 en el Rincón del Tigre.
Insistió el ministro en que el objetivo es alcanzar una minería sostenible y sustentable hasta 2050, con una larga cadena de minerales tecnológicos y tierras raras, de alta demanda en las energías renovables, la electrónica y otras aplicaciones.
Reafirmó que el objetivo es transitar de la explotación de plata, estaño, plomo, zinc y oro, al nuevo horizonte de los minerales tecnológicos y las tierras raras, cuya demanda internacional crece ante el cambio de la matriz energética mundial.
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