De acuerdo con los primeros reportes, al menos cuatro personas murieron y 80 se encuentran desaparecidas.
La emisora pública NHK informó que dos japoneses fueron encontrados vivos e ilesos este lunes, dos días después de que un ‘tsunami’ de barro arrasara decenas de edificios en la ciudad, luego de lluvias torrenciales.
Algunas áreas recibieron más lluvia en 24 horas de lo que normalmente reciben en todo julio, pero es posible que la naturaleza no haya sido la única culpable.
La prefectura de Shizuoka, a la que pertenece Atami, investiga si influyeron los proyectos de desarrollo local, al dejar un gran montículo de tierra que parece haberse derrumbado en el río.
El primer ministro nipón, Yoshihide Suga, prometió un esfuerzo total para rescatar a los sobrevivientes, y señaló que colaboran la policía, las Fuerzas de Autodefensa, los bomberos y la Guardia Costera de Japón, entre otros organismos.
Atami, una ciudad de 36 mil habitantes, se encuentra a unos 50 kilómetros al suroeste de Tokio, y es famosa por ser un balneario de aguas termales.
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