Desde las primeras horas de la noche de este martes Prensa Latina comprobó la existencia de largas filas de personas de diversas edades ante las mesas de los artesanos para comprar miniaturas de billetes, títulos profesionales, casitas y otras creaciones artesanales.
En muestra de gratitud porque vieron cumplidas sus peticiones, muchos de ellos obsequiaron este 24 de enero, tras la medianoche, toda suerte de mini objetos.
Muy llamativo resulta el caso de los billeticos, que según la costumbre, son lanzados al aire y quienes deseen 365 días de prosperidad monetaria deben tomarlos en el aire, no así del suelo.
Fieles a una tradición que data de las comunidades originarias de estas tierras, los agradecidos practican esas dádivas previamente a la inauguración de las Alasitas en el mediodía del 24 de enero.
Los creadores inician los preparativos de esta celebración desde el Día del Artesano en Bolivia (16 de diciembre), paralelamente a la etapa de las lluvias y la abundancia, que el 24 de enero a las 12:00 hora de Bolivia moviliza a miles de paceños.
Se trata de las Alasitas, tradición incluida por el Fondo de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) en su listado del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.
No se trata de un acontecimiento ferial más, por su simbolismo, incluye la fe en el objeto que se adquiere para que el Ekeko, la Pacha Mama o el dios de los cristianos “te lo devuelva en grande”, comentan los miles de concurrentes, sobre todo, a la Plaza Murillo, kilómetro cero de La Paz
La Feria de Alasitas (en aymara significa “cómprame”) es una tradición de la ciudad de La Paz que se remonta a antiguas tradiciones de esa comunidad originaria, por esa valía de las culturas bolivianas, la Unesco declaró en diciembre de 2017 a los Recorridos Rituales en la Ciudad de La Paz durante la Alasita como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.
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