Por Roberto F. Campos
De la redacciòn de Economìa
En todo caso, se pondrá en tensión el sector, uno de los más dinámicos e innovadores de la llamada industria sin chimeneas que deberá adaptarse a esa creciente demanda y cumplir las expectativas de los viajeros.
Entre las tendencias que en 2024 marcarán el desarrollo de la infraestructura hotelera en el mundo en 2024, se hallan en primer plano la tecnología y la digitalización, imprescindibles para la gestión, la operación y la comercialización de los hoteles.
La digitalización optimiza los procesos, reduce los costos, aumenta la eficiencia, personaliza la oferta, fideliza al cliente y genera valor añadido.
Algunas de las soluciones tecnológicas para los hoteles en 2024 son el «check-in» y el «check-out on line», las llaves digitales, los asistentes virtuales, la inteligencia artificial, el «big data», el internet de las cosas, la realidad virtual y aumentada, el «blockchain» y las criptomonedas.
La responsabilidad social es el compromiso de los hoteles con el bienestar de las comunidades locales, los empleados, los proveedores y los clientes.
Los hoteles deberán adoptar medidas para reducir su impacto negativo y aumentar su contribución positiva al desarrollo sostenible, tales como el uso de energías renovables, la eficiencia energética, el ahorro de agua, la gestión de residuos, la movilidad sostenible, la accesibilidad, la inclusión, la diversidad, la igualdad, y protección.
La innovación y la diferenciación, constituye otro elemento a tener en cuenta, cuando se trata de la capacidad de los hoteles de crear y ofrecer productos y servicios mejorados, que respondan a las necesidades y preferencias de los clientes.
Por demás, la diferenciación es la estrategia de los hoteles de distinguirse de la competencia, mediante la creación de una identidad propia, una propuesta de valor única y una experiencia memorable.
Los hoteles deberán innovar y diferenciarse en aspectos como el diseño, la arquitectura, la decoración, el concepto, el estilo, la temática, la personalización, la calidad, la seguridad, la salud, el bienestar, el ocio, la gastronomía, la cultura, la educación y la sorpresa.
Comentan los entendidos que la segmentación y la especialización también representa mucho, pues es la división del mercado en grupos de clientes con características, necesidades y comportamientos similares, a los que se dirige una oferta específica. La especialización es la concentración de los hoteles en un segmento de mercado concreto, al que se ofrece un producto o servicio adaptado y exclusivo.
Los hoteles deberán segmentar y especializarse en función de criterios como: el tipo de cliente (familias, parejas, jóvenes, seniors), el motivo de viaje (ocio, negocios, eventos), el nivel de gasto (económico, medio, alto), y el tipo de alojamiento (urbano, vacacional, rural).
También incluye la lista el tipo de servicio (todo incluido, media pensión, solo alojamiento), el tipo de actividad (cultural, deportiva, gastronómica) y el tipo de experiencia (romántica, aventurera, relajante).
Además está la alianza y la colaboración entre dos o más hoteles o empresas turísticas, que persiguen un objetivo común, que comparten recursos y que se benefician mutuamente.
La colaboración es la relación entre los hoteles y otros agentes del sector turístico, que se apoyan, se complementan y se coordinan.
Los hoteles deberán establecer alianzas y colaboraciones con otros actores, tales como las cadenas hoteleras, las plataformas de distribución, las empresas tecnológicas, de transporte, ocio, las instituciones públicas, las organizaciones privadas, las entidades sociales y los destinos turísticos.
En conclusión, la infraestructura hotelera en el nivel mundial en 2024 requerirà de adaptación, transformación y evolución por el reto de una anunciada avalancha de visitantes.
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