El primer ministro búlgaro designado, Stefan Yanev, declaró a la prensa que la jornada de este domingo transcurre con normalidad y ‘solo se presentaron pequeños problemas que están siendo eliminados’.
La Comisión Central Electoral (CCE) informó que poco más de medio centenar de colegios tuvieron problemas con las máquinas electrónicas de votación y sus autoridades recurrieron a la alternativa de las papeletas.
Informes de la CCE indicaron que a las 07:00 (hora local) los 12 mil colegios habilitados abrieron sus puertas para recibir a los 6,7 millones de electores empadronados, quienes podrán votar hasta las 20:00 cuando cierren las urnas.
El órgano electoral adelantó que en las primeras cuatro horas la asistencia a los locales de votación alcanzó el 11,85 por ciento, superior en 4,35 puntos porcentuales a lo logrado en abril último cuanto tuvieron lugar comicios similares.
En los sufragios de este domingo lidian más de una veintena de partidos políticos y analistas temen un nuevo fracaso al no poder ninguno alcanzar los votos necesarios para lograr mayoría parlamentaria y formar gobierno, solo ni en coalición, como sucedió hace tres meses.
Las discordias de las seis formaciones con mayores votos en abril pasado obligaron a la disolución de la Cámara luego de tres tentativas para armar el Ejecutivo y el presidente búlgaro, Rumen Radev, convocó a elecciones.
En mayo el gobernante alertó sobre una posible ‘crisis política’ y constitucional de no avanzarse en consensos.
Según los sondeos, la intención de votos para dos de los principales contendientes, Slavi Trifonov, del partido Existe tal Pueblo, de reciente formación, y Boiko Borisov, de Ciudadanos para el Desarrollo Europeo (GERB), es bastante pareja.
Ambas formaciones podrían llegar a un 20 ó 21 por ciento por igual en cantidad de votos, aunque encuestas como la de Market Linsk vaticinan una ligera ventaja de apenas un punto para el candidato de GERB, quien estuvo 12 años en el poder.
Algunos analistas estiman que los comicios de este domingo tendrán como aderezo adicional la pugna entre partidos tradicionales y de recientes creación, surgidos de las protestas populares del pasado año contra la corrupción y que abogan por un cambio de sistema.
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