Poco después de conocer la medida, muchos tunecinos salieron festejar y reclamar elecciones anticipadas, aunque los seguidores del partido islamista Ennahda, principal fuerza parlamentaria, denunciaron un golpe de Estado.
El mandatario invocó los poderes de emergencia previstos en el artículo 18 de la Constitución para aplicar la disposición, luego de numerosas protestas en diversas ciudades contra el primer ministro Hichem Mechichi por su manejo de la crisis económica y del rebrote de la Covid-19.
Al justificar la medida, Said afirmó que busca recuperar la paz social y salvar al país y aclaró que pronto se anunciaría un nuevo jefe de Gobierno.
Poco después Menchichi anunció que ‘entregará su cargo a la persona que será nombrada por el presidente de la República’.
Mientras, el titular del Parlamento, Rached Ghannouchi, jefe de esa agrupación, denunció ‘el golpe de Estado contra el país’ y llamó a sus partidarios a manifestarse, aunque luego la formación conservadora mediante un comunicado instó a la calma y afirmó estar lista para participar en elecciones anticipadas.
En medio de la tensión, un comunicado de la Presidencia anunció la destitución ayer de los ministros de Defensa, Ibrahim Berteji, y de Justicia, Hasna Ben Slimane.
Cientos de personas se concentraron este lunes frente a la sede del legislativo para apoyar o rechazar a uno u otro bando.
Aunque el Ejército no se pronunció, si reforzó su presencia en las calles y bloqueó la entrada de Ghannouchi al parlamento.
En tanto, la Unión General de Trabajadores Tunecinos, el principal sindicato del país, respaldó al mandatario al estimar que sus acciones se apegan a la Constitución pero pidió una ‘hoja de ruta participativa clara’.
La postura del gobernante supone una escalada a los enfrentamientos políticos en esta nación norafricana, donde el gobierno está paralizado por la disputa desde hace meses entre Said y la dupla Mechichi-Ghannouchi.
El gabinete de Mechichi enfrentó duras críticas por su manejo de la crisis económica provocada por la pandemia de la Covid-19, a lo que se sumó en las últimas semanas un rebrote de la enfermedad que obligó a países vecinos como Libia a cerrar la frontera.
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