Con una marcha por las calles de la capital, cientos de manifestantes recordaron al nuevo Gobierno que coquetea con el envío de tropas tras el magnicidio contra el presidente Jovenel Moïse (2017-2021), que la situación actual del país es resultado de la injerencia por más de un siglo de Washington.
Desde 1915 hasta 1934, tropas norteamericanas tomaron el control político y militar de Haití, bajo la excusa de impulsar el ‘orden, la democracia y la estabilidad’, luego del asesinato del mandatario Jean Vilbrun Guillaume Sam, y que terminó con la destrucción de las instituciones estatales, el apoderamiento de las reservas de oro y la venta de tierras a los norteamericanos ricos.
‘Las reservas forestales de Haití disminuyeron un 25 por ciento durante ese periodo, a lo que se sumó el saqueo de los recursos que caracterizó la orientación económica del país impuesta por los norteamericanos o por presidentes al servicio de los intereses de Estados Unidos’, explicó a Prensa Latina el analista y académico Camille Chalmers.
Enfatizó que más de 30 mil campesinos fueron asesinados durante la ocupación, la más larga desplegada por el ejército estadounidense, y generó la transferencia masiva de tierras a las trasnacionales norteamericanas.
Durante los primeros 15 años, hasta 1929, EEUU promovieron la migración de más de 400 mil trabajadores del campo, lo que significaba el 50 por ciento de la población económicamente activa, mientras que a nivel político los gobernantes no podían tomar decisiones, firmar convenciones o tratados con otros países sin el ‘visto bueno’ de la embajada norteamericana, subrayó.
‘Esa injerencia nunca cesó realmente, por eso decimos que desde 1915 estamos en situación de ocupación, con soldados o sin soldados pero en condición de tutela’, lamentó el también economista.
Ciento seis años después el ex primer ministro Claude Joseph solicitó formalmente a Estados Unidos el envío de tropas ‘para preservar las infraestructuras claves y a la población’, luego que un comando extranjero asesinara a Moïse, una petición que aún no descartó la administración de Joe Biden.
Para expertos como Chalmers eso solo agravará aún más los problemas del pueblo, fortalecerá la dependencia con Estados Unidos y contribuirá al desmantelamiento de las instituciones republicanas, lo cual hundirá aún más al país en la crisis sistémica.
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