‘Duque está jugando a cubrir la situación interna de Colombia, donde hay un desarrollo de una política de violencia contra la población civil, relacionada con el asesinato sistemáticos de activistas de derechos humanos y ejecuciones extrajudiciales’, afirmó Taus en declaraciones a Prensa Latina.
El representante de la amplia comunidad de colombianos radicados en territorio venezolano -muchos de ellos desplazados durante décadas por el conflicto interno, el narcotráfico y el paramilitarismo- cuestionó la legitimidad de la denominada lucha antiterrorista promovida por Estados Unidos, la cual ejerce en función de sus intereses.
Esta semana el canciller Jorge Arreaza cuestionó el cinismo del pedido formulado por el mandatario neogranadino a Washington para incluir a Venezuela en su espuria lista de países patrocinadores del terrorismo.
‘Iván Duque, no sea tan cínico. Usted está al frente de un narcogobierno exportador de drogas y violencia. Una fábrica de terroristas en el poder que ha liquidado la opción de la paz interna y envía mercenarios para generar violencia y asesinar presidentes en la región’, escribió Arreaza en la plataforma comunicacional.
Al respecto, Tanus afirmó que la administración Duque busca desviar la atención internacional en cuanto al rol de Colombia como una nación ‘exportadora’ del terror paramilitar, situación evidenciada en la participación de exmilitares de ese país en el reciente magnicidio del presidente haitiano Jovenel Moïse.
‘Esta expresión busca encubrir las masacres, la persecución contra actores sociales que claman por una salida distinta a las balas asesinas del gobierno colombiano’, enfatizó el activista.
Asimismo, repetir las infundadas acusaciones de que Venezuela protege a supuestos grupos guerrilleros es demostrar a Estados Unidos que pueden contar con el gobierno de Duque para seguir generando asfixia contra la nación bolivariana, aseveró.
En reiteradas ocasiones, las autoridades de Caracas denunciaron la complicidad de la administración colombiana de Iván Duque en el amparo de bandas criminales entrenadas para perpetrar ataques a objetivos civiles y militares venezolanos.
De acuerdo con pruebas aportadas por el Ejecutivo bolivariano, incluidos testimonios de mercenarios capturados, Colombia prestó su territorio para la planificación de la frustrada Operación Gedeón, dirigida a ejecutar magnicidio y golpe de Estado en Venezuela.
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