Esa institución quedó en ruinas por la metralla y onda expansiva que generó la detonación del 4 de agosto de 2020, derivada de la cual murieron 22 personas, incluidos personal médico y pacientes.
El arzobispo greco-ortodoxo Elias Audi y otros 10 prelados estuvieron a cargo de la plegaria por las víctimas.
La recepción del nosocomio recibió a quienes honraron a las enfermeras Jessica Bezdjian, Jessica Kahwaji, Mireille Germanos y Lina Abou Hamdan, fallecidas en la catástrofe.
Audi rememoró que el techo del hospital se derrumbó con un saldo de varios muertos y heridos, aunque todos, pese a las lesiones, estuvieron prestos a ayudarse.
En solos unos segundos, los alrededores de la institución, a solo 900 metros de la explosión, se transformaron en una zona de guerra tras el impacto por la ignición de miles de toneladas de nitrato de amonio.
‘Conocer los hechos y quién hizo esto nos ayudará a sanar nuestra tristeza y dolor; necesitamos saber quién está detrás y oramos y solicitamos que siga la investigación, porque todos nos merecemos saber la verdad’, dijo el arzobispo.
El orador también se refirió a quienes tratan de evadir el proceso investigativo, al decir que nadie está por encima de la ley y quienes obstaculizan la pesquisa criminal, también son criminales, enfatizó.
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