Salameh enfrenta iguales acusaciones en Suiza y Francia, pese a lo cual nadie en este país planteó que renunciara a su puesto, tras desempeñarlo desde hace más de 30 años.
Por esa larga trayectoria, la percepción popular le achaca la deteriorada situación económica actual, mientras estima que la clase dominante salió beneficiada de las maniobras del banquero.
En abril pasado, las autoridades judiciales libanesas abrieron una investigación sobre el patrimonio de Salameh, quien acumuló unos 300 millones de dólares con presuntos sórdidos manejos financieros junto a su hermano Raja.
Él niega hasta la saciedad esas acusaciones, pero este jueves debió presentarse ante el juez Jean Tannous para prestar declaración en un interrogatorio que dilató poco más de tres horas.
Al término de la indagatoria, Tannous decidió mantenerlo bajo investigación hasta completar todo el proceso.
Los críticos responsabilizaron a Salameh de la debacle de la libra libanesa que está atada al dólar estadounidense desde finales de los años 90 del siglo pasado.
Una depreciación monetaria que hizo perder más de 100 por ciento de su valor y una subida de precios en bienes básicos, causaron que de 2019 a la fecha seis de cada 10 libaneses cayera bajo el umbral de la pobreza, situado en 3,64 dólares diarios, según el Banco Mundial.
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