El vocero de Asa’ib, Mahmoud al-Rubaie, expresó que recientes medidas opresivas norteamericanas contra ellos son una batalla entre el bien y el mal.
Esas sanciones, agregó, representan el fracaso en Medio Oriente de los sucesivos gobiernos estadounidenses.
No nos tomaron por sorpresa, precisó, porque esperábamos algo de ellos, pero ‘hagan lo que hagan no nos afectará’, afirmò.
Segùn Rubaie, a Estados Unidos le preocupa la influencia política de la Resistencia y busca una manera de debilitarla.
Mientras, el canal Kaf Telegram, afiliado a Kataeb Hezbollah, describió de honor para ellos las sanciones norteamericanas, porque así ratifican que somos un desafío difícil.
Estados Unidos impuso medidas coercitivas contra esas dos facciones iraquíes con la llamada Ley de No Proliferación de Irán, República Popular Democrática de Corea del Norte y Siria, que prohíbe la transferencia de armas.
A principios de 2003, la nación norteña invadió y ocupó Iraq con el pretexto desacreditado de que el gobierno de Saddam Hussein poseía armas de destrucción masiva.
De 2007 a 2011, retiró sus soldados, pero volvió en 2014 al frente de una coalición internacional para contrarrestar la amenaza del autodenominado Estado Islámico.
Empero, ese argumento quedó sin base cuando Iraq acabó con los terroristas en diciembre de 2017 y las tropas norteamericanas continúan en el país árabe e incluso violan su soberanía.
El 3 de enero de 2020, la aviación estadounidense asesinó en Bagdad al general iraní Qassem Soleimani y al subcomandante de las Unidades de Movilizaciòn Popular, Abu Mahdi al-Mohandes.
Dos días después, el parlamento iraquí aprobó por unanimidad un proyecto de ley que demanda la retirada total del país de las fuerzas militares extranjeras.
Washington incumple con ese decreto y con frecuencia apunta con redadas a grupos antiterroristas.
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