‘Se trata de un viaje temático, en el que Lula abordará cuestiones importantes. Está muy preocupado por el retorno del hambre en Brasil y también por el desarrollo regional del Nordeste, que sufrió las políticas antieconómicas del Gobierno federal’, afirmó el vicepresidente del Partido de los Trabajadores (PT), Marcio Macedo, quien acompaña al exdirigente obrero.
Lula permanecerá dos días en Recife con agendas de intercambios de opiniones con partidos políticos, cena con el gobernador Paulo Câmara y conversaciones con movimientos sociales. Según el programa de estancia, el exgobernante visitará mañana una propiedad agrícola familiar en la Región Metropolitana de Recife y después tendrá otra reunión con grupos sociales.
Después de Pernambuco, Lula seguirá rumbo a los estados de Piauí, Maranhão, Ceará, Rio Grande do Norte y Bahía.
Ante las restricciones por la pandemia de Covid-19, no habrá acto público masivo en ninguna de las divisiones territoriales.
Por vez primera el exmandatario regresará a Piauí, Maranhão, Ceará y Rio Grande do Norte, tras los 580 días de prisión política que cumplió en Curitiba, capital del sureño estado de Paraná, hasta su salida el 8 de noviembre de 2019. Ese mismo año estuvo en Pernambuco y Bahía.
La región del noreste del país es una de las que más sufre los efectos de la crisis económica, con pérdida de ingresos, empleos y aumento de la inflación.
Una encuesta publicada a principios de mes por la Superintendencia para el Desarrollo del Nordeste, mostró cómo la Covid-19 impactó directamente en los ingresos del 59 por ciento de las poblaciones del territorio.
Habitantes de Piauí (79 por ciento) y Ceará (65) fueron los que más admitieron haber perdido ingresos a causa de la calamidad sanitaria.
La situación resultó muy diferente durante los años de gobierno de Lula. Entre 2001 y 2011, la renta media per cápita en el noreste creció el 73 por ciento, los ingresos en los rincones rurales aumentaron el 85 y el de los negros y morenos se ampliaron más que los de los blancos (66,3 y 85,5 frente al 47,6 por ciento).
Con residencia en Sao Paulo, Lula cumplió a partir del 3 de mayo una visita de cinco días a Brasilia para restablecer vínculos con fuerzas de distintas tendencias políticas rumbo a las elecciones de 2022.
El viaje constituyó su primero tras el Supremo Tribunal Federal confirmar en marzo la anulación de todas sus condenas y el expresidente recuperar sus derechos políticos que le permiten participar en la carrera por el poder.
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