Hasta ahora, ninguno de los dos otros partidos, Liberación Nacional (PLN) y Unidad Social Cristiana (PUSC), que antes de 2014 se alternaron la presidencia de esta nación centroamericana lograron tres períodos seguidos en la primera magistratura.
Prácticamente todos los analistas políticos locales consideran imposible que el PAC marque ese hito histórico nacional, debido a lo que califican de profundo desgaste político del actual presidente Carlos Alvarado, quien contra todo pronóstico, ocupó el segundo lugar en los comicios generales de febrero de 2018.
En el balotaje del 1 de abril de ese mismo año, el aspirante del PAC derrotó por amplio margen al ganador de la primera vuelta de las elecciones generales, el líder evangélico Fabricio Alvarado.
Tal vez a ese mismo resultado apuesta el PAC en los sufragios de febrero de 2022, pues a cinco meses de ir a las urnas, esa agrupación política no aparece entre las preferidas de los electores ticos.
Por lo pronto, Ramos fue proclamado candidato presidencial del PAC por una diferencia de 150 votos sobre la otra aspirante, Carolina Hidalgo, en una atropellada convención del partido, cuyo tribunal electoral interno demoró nueve días para dar su resultado.
Mientras Hidalgo sería una continuidad, por ser cercana al mandatario tico, Ramos es uno de los críticos del gobernante.
De ahí, la tarea que le corresponde al aspirante presidencial del PAC es atraer a los miembros de la tendencia de Hidalgo para crear un frente común que en los cinco meses restantes le permitan convertirse en una opción para el electorado tico.
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