Duterte tiene prohibido por la Constitución buscar un segundo mandato como presidente, pero se mantendría en el gobierno si su ayudante de mucho tiempo, el senador Christopher Go, gana las elecciones de mayo de 2022 por el Partido Democrático Filipino-Poder Popular.
A pesar de los problemas de la pandemia, o quizás a causa de ellos según algunos medios de prensa, los filipinos mantienen la fe en Duterte, cuya popularidad se ha disparado este año.
El mandatario obtuvo un índice de aprobación pública récord del 91 por ciento en una encuesta realizada a finales del pasado año, uno de los más altos para cualquier líder en el mundo.
Fue la primera encuesta importante sobre Duterte realizada a raíz de la crisis económica y sanitaria provocada por la Covid-19, y los resultados dejaron atónitos a sus críticos y analistas.
La pesquisa fue realizada por Pulse Asia, una de las agencias de votación más autorizadas e independientes de Filipinas.
En especial, el mandatario es reconocido por su honestidad y su batalla contra la corrupción, pues los traficantes de drogas y sus protectores, especialmente entre la policía, gobernaron las calles de Filipinas por muchos años.
La ‘guerra’ de Duterte contra las drogas fue bien recibida por una gran mayoría de filipinos, que se habían exasperado por su efecto destructivo sobre los jóvenes, y es su punto fuerte como político.
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