caída del 3,5 por ciento, publicó hoy el Buró de Análisis Económico (BEA en inglés), el cual consideró un incipiente rebote para 2021.
El comportamiento del pasado año fue el peor después del impacto de la Gran Recesión de 2009, cuando esa nación sufrió un crecimiento negativo del 2,5 por ciento, y la más profunda desde 1946.
La economía estadounidense entró en recesión en febrero de 2020, un mes antes de que la Organización Mundial de la Salud declarara a la Covid-19 como pandemia.
De acuerdo con el BEA esos datos se corresponden con las profundas contracciones durante la primera mitad del año precedente provocadas por la Covid-19, las restricciones y los cierres de actividades.
Para el corriente se espera una recuperación como consecuencia del levantamiento de las prohibiciones impuestas para contener la pandemia en la medida que avance la distribución de las vacunas contra la Covid-19, y la previsible aprobación del nuevo paquete de estímulo fiscal propuesto por el presidente Joe Biden.
De acuerdo con los pronósticos de la Reserva Federal es posible un crecimiento del 4,2 por ciento para la mayor economía del mundo, al tiempo que insiste en mantener el extraordinario apoyo monetario por largo periodo de tiempo con multimillonarias inyecciones de liquidez a través de la compra de deuda iniciada en 2020.
Por su parte el Fondo Monetario Internacional prevé una expansión del 5,1 por ciento para el presente año.
El presidente del banco central estadounidense, Jerome Powell, afirmó esta semana en el Congreso que la economía del país aún está lejos de sus objetivos, y recalcó que llevará un tiempo volver a los niveles previos a la pandemia.
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