El ‘trágico error’ ocurrió cuando miembros de las Fuerzas Armadas estadounidenses confundieron un vehículo civil con una amenaza del grupo terrorista ISIS-K, dijo el jefe del Mando Central de Estados Unidos (Centcom, por sus siglas en inglés), el general Frank McKenzie.
Es poco probable que el automóvil y los que murieron tuvieran vínculos con el movimiento extremista o fueran una amenaza directa para las tropas y evacuados en el aeropuerto de Kabul, añadió el oficial.
Como comandante de combate, soy plenamente responsable del incidente y su trágico resultado, lamentó McKenzie.
El secretario de Defensa, Lloyd Austin, ofreció sus condolencias a los familiares y amigos de las víctimas y ordenó un estudio para comprobar que el Centcom tuvo en cuenta el contexto y toda la información disponible en el suceso.
Examinaremos no sólo lo que decidimos hacer el 29 de agosto, sino también cómo investigamos esos resultados, dijo el titular de la cartera y afirmó que ‘se lo debemos a las víctimas y a sus seres queridos’.
El asalto contra el vehículo civil ocurrió dos días después de que un atentado suicida atribuido al Estado Islámico Jorasán matara a más de 170 personas en el aeropuerto internacional de la capital del país centro-asiático.
Ambos incidentes violentos ocurrieron en medio de la caótica retirada de Washington de Afganistán tras 20 años de ocupación y guerra que dejaron al país asiático empobrecido y en medio de una angustiosa crisis política y social.
La salida desorganizada de las tropas y el rápido ascenso del Movimiento Talibán al poder elevan las alarmas sobre el posible resurgimiento de células terroristas en Afganistán, que supondrían un riesgo para la región y el mundo.
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