Pese a las sentencias exculpatorias y dictámenes que descartan procesarlo por falta de sustento, entre otros elementos, más de 33 congresistas, número necesario para una moción de censura, firmaron el documento.
La propuesta debe ser aprobada por el pleno parlamentario entre el cuarto y décimo día de su presentación y requiere del voto de 66 de los 130 integrantes del Congreso de la República; en tal caso Maraví tendrá que renunciar.
El primer ministro Guido Bellido dijo anoche que, de ser preciso, planteará la cuestión en el Gabinete Ministerial, el cual tendrá que analizar si Maraví fuera censurado y, de volver a ocurrir algo similar, el presidente Pedro Castillo podrá disolver el Congreso y convocar a nuevos comicios
Sin embargo, la presidenta conservadora del Parlamento, María del Carmen Alva, luego de dialogar con Castillo afirmó que este le aseguró que una moción de censura no estaba en la agenda del Gobierno.
Tras la exposición de este jueves de Maraví, el mandatario aseguró en un Twitter que en la reunión de anoche ‘coincidimos en que la cuestión de confianza y la censura forman parte del equilibrio de poderes, y son herramientas para mantener la estabilidad democrática’.
Ante el pleno, Alva negó la versión del gobernante y dijo que si Bellido presenta la moción de confianza, la palabra de Castillo carecerá de validez.
Añadió que, en tal caso, el Congreso asumirá su responsabilidad al respecto, lo que según fuentes legislativas conlleva la posibilidad de que el Congreso destituya a Castillo.
Durante la sesión de esta jornada, varios legisladores derechistas pidieron no solo censurar a Maraví, sino también a Bellido y destituir al jefe de Estado, lo cual rechazaron las bancadas progresistas.
Legisladores del partido gobernante Perú Libre defendieron la acreditada inocencia de Maraví y denunciaron que los ataques en su contra son parte de un plan derechista para retirarlo del Ministerio de Trabajo, por su política de defensa de los derechos laborales y para vacar a Castillo
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