Las otras seis ingresaron en los últimos 10 días, tras ser descargado su contenido en Siria y en camiones cisterna avanzar hacia territorio libanés.
Con la intención de contrarrestar esa supuesta influencia iraní, Estados Unidos apoyó un esquema de remitir gas de Egipto hasta Jordania y a través de Siria transportarlo a Líbano.
La Casa Blanca rechazaba ese proyecto, aunque ahora lo aprueba, después que la Resistencia islámica encontró una fórmula de suministrar combustible a los libaneses.
A Washington no le quedó más remedio que permitir excepciones de la llamada Ley César mediante la cual sanciona a quienes comercien con Siria y también obviar similares medidas opresivas respecto a Irán.
Líbano sufre la peor crisis económica en su historia moderna con una notoria carencia de divisas que le impide comprar combustible como resultado de lo cual apenas disfruta de una o dos horas diarias de electricidad.
Seguidores de Hizbulah compraron hidrocarburos en Irán que armó una flotilla de varios tanqueros con destino a Líbano.
Dos supertanqueros iraníes arribaron al puerto sirio de Baniyas, su contenido comenzó a ser repartido en hospitales públicos, orfanatos, asilos de ancianos, la Cruz Roja y la Defensa Civil de la llamada nación de los cedros.
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