En un caldeado ambiente de acusaciones entre moderados y liberales de la tolda azul los miembros de la Cámara de Representantes se reunirán hoy después que la presidenta Nancy Pelosi (d) decidiera a última hora del jueves que su díscola bancada no votaría el proyecto de ley de infraestructuras bipartidista.
Al valorar la situación el diario The Hill, especializado en temas del parlamento, apuntó que esta semana podría terminar donde empezó: en el limbo legislativo, con la excepción de que Congreso consiguió, con la firma del presidente Biden, mantener la financiación del Gobierno durante dos meses más.
El estancamiento de los demócratas sobre una propuesta de política social de 3,5 billones de dólares, que algunos moderados querrían reducir siguió sin resolverse tras horas de reuniones y negociaciones al más alto nivel el jueves, precisó el periódico digital.
Algunos demócratas vieron destellos de progreso, mientras que otros se mostraron desanimados, pese a que Biden buscó sin éxito el consenso en sus filas en la Cámara Baja. ‘Se han hecho muchos progresos esta semana y estamos más cerca que nunca de un acuerdo’, añadió.
El asunto es noticia del día en importantes medios de prensa del país, entre estos The Washington Post, que abordó la disputa entre los moderados del partido y los liberales sobre la aprobación del plan del gobierno de 3,5 billones de dólares.
En las filas azules del Senado los senadores Kyrsten Sinema (D-Arizona) y Joe Manchin mantiene una posición que bloquea la aprobación del gasto de 3,5 billones de dólares, y este último propuso un acuerdo de apenas 1,5 millones para financiar la agenda gubernamental, que contiene beneficios sociales y dinero para la lucha contra el cambio climático, entre otras.
La Cámara de Representantes se reunirá hoy con la incertidumbre de un nuevo impulso, con la esperanza de que más discusiones puedan resultar en la aprobación de la medida de infraestructura más un paquete de gasto en política social y disposiciones climáticas, de alguna forma.
Una parte de los demócratas estiman que no tienen otra opción que aprobar el plan aun si tuvieran que reducir los montos del financiamiento pese a que prosigue la desconfianza entre liberales y centristas acusándose mutuamente de sabotear esencialmente la agenda de Biden.
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