Connecticut, EEUU. (Prensa Latina) Cuando el empresario suizo Henri Dunant presenció el sangriento desenlace de la batalla de Solferino en 1859, quedó impresionado por el sufrimiento de los heridos. Sus observaciones, relatadas en su “Memoria de Solferino” de 1862, llevaron a la fundación de la Cruz Roja Internacional. A partir de entonces, la Convención de Ginebra de 1864 marcó el comienzo de un proceso legal internacional que rige no sólo los deberes hacia los heridos sino también la protección de los civiles en la conducción de la guerra.