De acuerdo con Peter Beyer, coordinador alemán para las relaciones trasatlánticas en el gobierno de la canciller federal, Angela Merkel, se esperaba más del recomienzo de los vínculos entre ambos países.
Beyer coincide con la opinión de varios políticos nacionales de que las nuevas relaciones de la época de Biden entre Alemania y Estados Unidos fueron una luna de miel que acabó sin apenas comenzar, destaca el semanario Der Spiegel.
La misma fuente señala que temas como la construcción del gasoducto Nord Stream 2 (Torrente Norte 2) y la continuidad de la línea dura de Washington respecto a Moscú y Beijing, para nada hablan de un reinicio de una mejoría en los nexos germano-estadounidenses.
El secretario norteamericano de Estado, Antony Blinken, en un reciente encuentro con el jefe de la diplomacia alemana, Heiko Maas, amenazó con fuertes castigos a empresas que osen cooperar en la construcción del citado gasoducto.
Berlín en su momento calificó de extraterritoriales las restricciones aplicadas por Estados Unidos para impedir la terminación de la mencionada vía, que llevaría gas directamente de Rusia y Alemania.
Aunque la Casa Blanca alega que se trata de garantizar la seguridad energética de Europa, varias capitales de esa región rechazaron las presiones para impedir la conclusión de la citada obra, cuya ejecución se encuentra en un 95 por ciento.
Otro asunto en el diferendo lo constituye la decisión de la Casa Blanca, sin consultar a Berlín, de evacuar sus tropas de Afganistán y de reducir en su tiempo el personal militar norteamericano en este país, destaca la publicación germana.
Esta jornada se conoció que el Pentágono enviará 500 militares adicionales a esta nación europea.
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