El índice de precios al consumo (IPC), un indicador de la inflación, subió 0,8 por ciento en abril y 4,2 por ciento en el año hasta el mes pasado, lo que supone el mayor aumento anual desde el 4,9 por ciento registrado en septiembre de 2008, señaló el diario.
El IPC, menos los precios de los alimentos y la energía, que son más volátiles, se incrementó 0,9 por ciento en abril, la mayor escalada mensual desde 1982.
Como parte del problema, los costos de los automóviles y camiones usados se dispararon en 10 por ciento en abril, el mayor alza en un mes desde que el Departamento de Trabajo comenzó a hacer un seguimiento en 1953, impulsando aproximadamente un tercio de todos los aumentos de precios de abril, precisó.
El Departamento de Trabajo señaló en su informe que la subida de los precios de la vivienda, las tarifas aéreas, el ocio, los seguros de los vehículos de motor y los bienes y servicios para el hogar -todos los cuales se desplomaron el año pasado- fueron también los principales impulsores de los aumentos de precios de abril.
En general, señaló The Hill, se esperaba que la inflación trepara a medida que los precios se recuperaran y superaran ligeramente sus mínimos pandémicos con la reactivación de la economía estadounidense.
Sin embargo, el crecimiento de la inflación en abril fue mayor de lo que algunos analistas esperaban, lo que hizo que los futuros de las acciones se hundieran tras la publicación de los datos.
Kathy Bostjanic y Gregory Daco, de Oxford Economics, manifestaron en un análisis el miércoles ‘que parte de la aceleración de la inflación será transitoria, y compartimos la opinión de la Fed (Reserva Federal) de que esto no es el comienzo de una espiral inflacionista al alza’.
Los funcionarios económicos de la administración del presidente Joe Biden y los líderes de la Fed, citados por el diario digital, expresan su confianza en que la inflación se asentará dentro de unos meses.
Sin embargo, el problema será un reto político tanto para Biden como para la Fed en su intento de defender sus esfuerzos por mantener el apoyo a la economía, más cuando los republicanos en el Congreso aseguran que la propuesta de infraestructura de la Casa Blanca empujará la inflación a niveles insostenibles.
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