Según el acta, Suu Kyi está acusada de aceptar unos 600 mil dólares y siete piezas de oro en sobornos, y enfrenta hasta 15 años de cárcel si es declarada culpable.
Previamente, la ganadora del Premio Nobel de la Paz de 1991 enfrentaba otros seis cargos relacionados con supuestas importaciones ilegales de walkie-talkies e incitación al malestar público.
La exmandataria fue arrestada el 1 de febrero, cuando los militares tomaron el poder en un golpe de Estado, y desde entonces ha estado bajo arresto domiciliario y poco se ha visto u oído de ella, aparte de breves comparecencias ante el tribunal.
Su abogado, Khin Maung Zaw, calificó los cargos de corrupción como ‘absurdos’ y dijo que podría enfrentar largas penas de prisión si no se hace justicia.
Zaw añadió que el principal objetivo de los golpistas es mantenerla fuera de la escena política nacional, debido a su alta popularidad.
El Golpe desencadenó manifestaciones generalizadas y el ejército de Myanmar ha reprimido brutalmente a los manifestantes a favor de la democracia.
De acuerdo con la Asociación de Asistencia a Presos Políticos, las fuerzas de seguridad han matado a más de 800 personas y detenido a casi cinco mil hasta la fecha.
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