Según informa la INSA (siglas en inglés) en su sitio oficial, en cuanto fijaron la fecha de las elecciones generales ‘varios grupos emprendieron acciones con diligencia para garantizar la seguridad cibernética en las fases preelectoral, electoral y postelectoral’.
Durante las últimas semanas, los especialistas brindaron mecanismos de apoyo y monitoreo en todo el país, con el propósito de mantener a salvo las infraestructuras y los métodos computarizados, y continuarán esas labores después de los sufragios.
Priorizamos a algunas instituciones en particular, porque son claves para los etíopes y el país en general, entre ellas la Junta Nacional Electoral (NEBE, siglas en inglés), declaró recientemente el director de la Agencia, Shumetie Gizaw.
En diferentes oportunidades, Gizaw exhortó a los candidatos, partidos políticos y organismos relacionados con la elección a protegerse de los ciberataques, además de denunciar debilidades asociadas a cualquier tipo de software, dispositivos informáticos o los administradores de redes, entre otras.
Brindamos todo el apoyo necesario a los actores electorales y también estamos listos para frustrar los sabotajes que podrían lanzarse, aseguró el director general.
Los comicios debieron realizarse en agosto pasado, pero la Cámara de Representantes del Pueblo (Parlamento) los retrasó ante el impacto de la Covid-19. En septiembre último el órgano legislativo reconsideró esa decisión y resolvió celebrarlos el año fiscal en curso.
Más tarde, en diciembre, planteó efectuarlos el 5 de junio, pero por demoras e irregularidades en la inscripción de los votantes, debido a diversos problemas, la NEBE determinó aplazarlos para el 21 de junio. Según los últimos reportes oficiales, más de 36 millones de ciudadanos deben votar el próximo lunes, cuando 46 partidos políticos compiten por escaños en el Parlamento y los consejos regionales.
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