Aunque encabeza una organización internacional y debe proteger al mundo de enfermedades como la Covid-19, está absorto en compartir notas falsas sobre esa junta etnonacionalista, asegura un artículo de la estatal agencia de noticias ENA.
Ha demostrado que es defensor del Frente. El pasado mes difundió diferentes mensajes en redes sociales para respaldarla y culpar a las autoridades federales de la inestable situación en el estado regional de Tigray, añade.
Tras el reciente alto al fuego humanitario que declaró unilateralmente el gobierno, felicitó al terrorista TPLF (siglas en inglés) por controlar Mekelle, capital de la región, y publicó la frase ‘hemos ganado’, explica el texto.
Asimismo, acusa a Adhanom, de nacionalidad etíope, de violar un artículo de la carta de Naciones Unidas que prohíbe al Director General solicitar o recibir instrucciones de gobiernos u organismos externos a la OMS, cuando ocupa el cargo.
El director general de la institución de la ONU, asevera, ‘ignora una ley que le impide expresar puntos de vista y opiniones sobre asuntos privados, mientras desempeña sus funciones, recibiendo vergonzosamente órdenes de la camarilla’.
No le importaba lo que estaba sucediendo recientemente en Myanmar y Sudáfrica. Obviamente, no representa a la comunidad internacional, es más bien el activista de la junta extremista a la cual perteneció durante sus años en Etiopía, señala la denuncia.
Cuestiona también su gestión, toda vez que en junio pasado una investigación reveló supuestas tramas de fraude, acoso sexual y prácticas ilícitas en el seno de la OMS.
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