El texto se basa en la evaluación anual sobre seguridad alimentaria en 76 naciones y pronostica que los niveles mundiales de hambre aumentarán en aproximadamente un tercio este año.
Según la entidad gubernamental para las proyecciones no consideraron el impacto potencial del cambio climático, los conflictos armados o la inestabilidad política o económica.
Ello contribuye a la volatilidad de los precios mundiales en los alimentos, que alcanzaron los mayores niveles en casi una década, afirma.
El informe alerta, además, sobre como la combinación entre la presión económica y el aumento en los costos alimentarios podría traer graves consecuencias para los países más pobres del orbe depedendientes, en gran medida, de las importaciones para satisfacer sus necesidades nutricionales.
En el análisis se tuvo en cuenta las consecuencias económicas ocasionadas por la pandemia de la Covid-19 debido, la pérdida de ingresos, y el alza de los precios de los alimentos.
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