Las agresiones en la región de Amhara causaron preocupación por las instituciones religiosas y de otro tipo, pero el país trabaja para garantizar que los lugares sagrados e históricos estén bien protegidos, declaró la cancillería por medio de un comunicado.
Según el texto, los últimos ocho meses la organización terrorista ha cometido saqueos y destrucciones en varias zonas del norte etíope, y además de poner en peligro la vida de millones de ciudadanos, también atenta contra reliquias nacionales e internacionales.
Tenemos el deber de salvaguardar nuestra identidad de la criminalidad del TPLF (siglas en inglés) y cumpliremos con ese compromiso en todos los estados de Etiopía, subraya.
Pese al armisticio declarado por el Gobierno, el Frente continúa con su hostilidad, obstaculiza la asistencia humanitaria al estado regional de Tigray y frustra la capacidad de los agricultores para aprovechar la temporada de lluvias, señala la comunicación.
En noviembre pasado, el Frente atacó al ejército federal en Tigray y el primer ministro Abiy Ahmed respondió con una ofensiva militar para neutralizarlo y restablecer la legalidad en la jurisdicción.
Desde entonces hay un gobierno provisional allí y comenzaron procesos judiciales contra líderes del grupo, declarado terrorista por el Parlamento y, presuntamente, responsable de violaciones de los derechos humanos antes y después de la agresión.
A finales de junio último, las autoridades federales decretaron un armisticio para facilitar las labores agrícolas durante la temporada de lluvia y garantizar la asistencia humanitaria, pero el TPLF lo rechazó.
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